3 de junio de 2011

Viejas glorias, dulce desparche

Prefiero pensar que no soy de aquellos que entre suspiros y caras largas siempre están diciendo que "todo tiempo pasado fue mejor", pero al menos en lo que a videojuegos se refiere no puedo evitar el ser nostáligico. Tal vez influya algo el hecho de que mi Super Nintendo, la única consola que tengo, ya haya cumplido 14 primaveras, o tal vez los precios exhorbitantes de los videojuegos hoy en día, pero lo cierto es que antes los juegos divertían, y divertían mucho. Sobretodo teniendo en cuenta que la única idea de multiplayer que concibo son las tardes de desparche que tan bien se pasaban con los amigos o los primos.


Recordando el refrán, "a quién Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos", y en vista de que aún no estoy interesado en dejar pulpitos por el mundo, este homenaje va también dedicado a mis sobrinitos, que tanta falta me hacen, y que por su bien propio espero estén dedicados a actividades algo más útiles que andar pegados a algún aparato del demonio.

En la foto, de izquierda a derecha: Diddy, de Donkey Kong Country 2; Daxter, de Jak & Daxter; y Sonic... de Sonic. Mis sobrinitos aún no se han puesto de acuerdo en quién es quién, pero yo me pido a Daxter ;).

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