9 de agosto de 2011

Algo que contar

Antes de empezar a escribir, quería titular este post "palabras sobre el manga en Colombia", tema sobre el que quería hablar hace mucho tiempo. Sin embargo el título no tardó en parecerme inapropiado, no sólo porque no me encuentro en este momento en Colombia, sino porque además hace mucho que no hago cómic, y el mundo ya está demasiado lleno de gente que habla y critica sin tener siquiera autoridad moral para hacerlo. Así que preferí poner un título algo más humilde, y ahora que lo veo, también evocador, tal vez solo para recordarme que aún hay muchas cosas que valen la pena ser contadas.

El tema surgió a partir del "Tercer Concurso Nacional de Manga" organizado por Kanzen, una revista colombiana online dedicada al anime, el manga y los videojuegos, que anualmente convoca a sus lectores para realizar un "oneshot", es decir, un cómic corto de 5 páginas en estilo manga. El concurso se divide en varias categorías (infantil, mayores, profesional e internacional) y ha tenido una buena acogida desde su creación, teniendo el año pasado 75 trabajos participantes, que a pesar de parecer una cifra insignificante es bastante representativa en un país como el nuestro. Y es que desafortunadamente el cómic sigue siendo una de esas cosas raras de las que se habla pero que no se hace, exceptuando tal vez uno que otro grupo reconocido en ciertos círculos, pero que por diversas razones no logran tener la proyección ni la permanencia como para cambiar en algo la situación.

Es muy triste darse cuenta de que los espacios en lo que aquellos que se embarcan a hacer un cómic pueden monstrar su trabajo, y de paso, buscar algún reconocimiento a su talento y un pequeño empuje hacia una carrera profesional se cuentan con los dedos de un manco. Hasta hace un par de años existía el "Premio Nacional Sin Formato", iniciativa anual del Ministerio de Cultura en la que existía una categoría de cómic, pero tal categoría fue recientemente eliminada sin ninguna explicación, tal vez suponiendo que a nadie le importaría. De esta forma, concursos esporádicos y con fines abiertamente publicitarios como el de la revista Kanzen se han convertido en el único espacio de salida para el manga hecho en Colombia. Y esto no está mal, pues permite a muchos jóvenes (y no tan jóvenes también) conocer a más personas que comparten su labor, y la competencia incentiva mejor que nada la producción y el perfeccionamiento personal.

Sin embargo, existe el problema de que el gusto por el manga va obligadamente de la mano con una devoción por la cultura japonesa del entretenimiento. Así que si me gusta el manga ha de gustarme el anime, y si me gusta el anime han de gustarme los videojuegos, el cosplay, los juegos de cartas, el karaoke, étc. Y de esta forma el entusiasta del manga termina hablando únicamente de sus particulares gustos, y empieza a rodearse de quienes pueden compartir sus intereses, entrando a un grupo hermético e impermeable dentro del cuál es muy difícil obtener una crítica verdadera. Como algún sabio anónimo alguna vez dijo, "no sólo de manga vive el hombre", y si hay algo que ayude a construir a un dibujante (o a cualquier profesional) es expandir sus horizontes, conocer cosas nuevas que le ayuden a cultivar su mirada del mundo y de sí mismo. Es curioso ver (además de revelador) que muchos de los más destacados autores de manga han sido médicos, arquitectos o incluso odontólogos antes de dedicar su vida a dibujar.

El manga tomó su forma actual en la postguerra, en un Japón que buscaba escapar de su triste realidad y que encontró entre muñequitos ojones la mejor forma para sumerguirse en mundos ideales y optimistas, donde donde el jovencito tímido y enclenque se convertía en heróe, la tímida y poco popular adolescente conquistaba al chico de sus sueños, y todo era mil veces más emocionante, divertido y embriagador que cualquier otra cosa. Y el tiempo pasó, y el manga se expandió por el mundo, junto con los pokemones, las series satánicas y pornográficas de dibujitos y todas esas cosas que plagaron nuestra adolecencia, para bien o para mal. El problema está cuando alquien en nuestro país, a quien le gusta el manga y que muy seguramente creció en medio de ese torbellino de cosas japonesas, quiere dedicarse a hacer cómic, y sin darse cuenta, termina buscando hacer copias exactas de los dibujos que tanto vio.

El manga tiene mil temas, pero en general habla de una sola cosa: de Japón. Toda cultura tiene sus cosas buenas y bonitas, así como sus cosas malas y horribles, y eso sucede con todo en el mundo. De ahí que el manga nos muestre la cultura nipona, sus peculiares gustos, su rica mitología y en general de su visión del mundo, pero también nos habla y nos mete por los ojos sus traumas, sus miedos y sus mil perversiones. Y lo que nos pasa a los que nos vemos dentro de ese mar de cosas, es que al querer contar algo, muchas veces nos vemos repitiendo aquello que vimos y que nos gustó tanto, y que a pesar de que nos guste y nos conmueva es algo muy lejano a nosotros. Tan lejano como los miles de kilómetros que nos separan de Tokio, y aún así, no es raro ver a un dibujante de cómic colombiano escoger esta ciudad como el escenario de su historia. Y no es que esté mal tener imaginación, pero una cosa es ser imaginativo y otra cosa muy diferente es ser alienado. Lo malo es que a estas alturas no vemos la diferencia.

¿Tenemos algo que contar? Yo digo que sí, pero nos falta mucho para poder hacerlo. Nos falta dejar de despreciar el lugar en el que vivimos y la gente que nos rodea, y ver que son tan meritorios un Bogotá, un Medellín o un Zetaquirá, como lo pueden ser un Tokio o un Osaka, así como son tan respetables una Leidy o un Esneider como una Sakura o un Goku. Y además es mucho más facil y divertido hablar de lo que nos rodea que tener que copiar mal lo que otros nos muestran. El cómic en Colombia tiene mil problemas que tal vez no se solucionen nunca: la falta de público, el absoluto desinterés de las editoriales, la inexistencia de una academia. Pero podemos empezar por corregir el problema más grande y más cercano que tenemos: la indiferencia que tenemos hacia nosotros mismos.

Recomiendo pasar por la página de Kanzen y dar una buena mirada a los trabajos, pues varios son en verdad muy buenos. Personalmente recomiendo tres (que no concuerdan del todo con los ganadores) que se me hicieron particularmente interesantes, no tanto por su originalidad, sino por su autenticidad. Limot, la intrigante historia de un personaje que no tiene recuerdos y que tiene, a similitud de su autor, un defecto en el ojo derecho; Le Mat, que mustra las aventuras de olivia y Sebastián en "Medellín City"; y Time Traveler, la opera prima de una de nuestras visitantes más acérrimas, y que nos cuenta la historia de Mina, quien tiene el poder de viajar en el tiempo para intentar cambiar los momentos dolorosos de su vida. Y por último, tanto como por publicidad como para poner mi falta de constancia y de verguenza en evidencia, recuerdo que arriba, en la columna izquierda donde dice "mis comiquitos", pueden ver mis dos capítulos inconclusos de manga, que tal vez después de tanto sermoneo y patriotismo desabrido retome alguna vez.

Gracias por pasar a leer, y para terminar, quisiera dejar una cita del peculiar cineasta norteamericano Jim Jarmush, que ha sido repetida hasta la saciedad pero que aún así no pierde su encanto:
Nada es original. Roba de cualquier parte que resuene con inspiración o que de alas a tu imaginación. Devora películas viejas y nuevas, música, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones casuales, arquitectura, puentes, señales de tránsito, árboles, nubes, agua, luz y sombras. Selecciona para robar sólo esas cosas que le hablen a tu alma directamente. Si lo haces, tu trabajo (y tu robo) será auténtico.

La autenticidad es invaluable; la originalidad no existe. Y no te preocupes por encubrir tu robo, celébralo si te parece. En cualquier caso, siempre recuerda lo que Jean-Luc Godard dijo alguna vez: "No es de donde tomas las cosas, es hacia adonde las llevas" (La horrible traducción es mía).

1 comentario:

  1. "la originalidad no existe"! no es posible hacer algo q alguien mas no haya hecho o pensado! es mas importante la sinceridad o el mensaje q todo esto deja...creo yo! muy bueno :) muchas gracias por mencionarme...pero mi trabajo es como malito...tal vez la idea no tanto, pero si como lo realicé...

    pd: está bonito el dibujo!!

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