27 de octubre de 2009

De espirales, mujeres fatales y otros horrores



Algo tiene el género de terror (ya sea en libros, películas o videojuegos) que siempre termina atrayéndonos hacia sus oscuros y retorcidos recovecos. Es raro conocer a alguien que nunca haya escuchado hablar de Edgar Alan Poe o de Stephen King, o que nunca se haya topado por casualidad con una película de Freddy Krueger, Jason o cualquier monstruo o zombie de turno. Sin embargo, existe un medio que no ha corrido con tanta suerte en este género, y es el del cómic; no tanto por que no haya, sino porque la mayoría son por completo desconocidos, al menos en mi parte del mundo. Por esta razón le daré la vuelta al planeta, hasta ese país donde no solo los cómic son raros, sino también todo el mundo: Japón.

Siempre que se hable de manga habrá alguien que piense en colegialas mostronas, con ojos desproporcionadamente grandes y tallas de busto poco acordes a la realidad. Y aunque es innegable que los japoneses mismos se han encargado de darle tan mala fama al manga, por suerte no todo es así. En japón el comic existe en todo tipo de géneros y para todo tipo de públicos, como no pasa en ninguna parte del mundo, y entre todo ese oceano de autores encontramos al que hoy nos interesa, Junji Ito, uno de los más reconocidos autores del manga de terror.

Es difícil imaginarse que tantas cosas perversas y extrañas pasen por la mente de alguien que, en persona, a duras penas causa alguna impresión en nosotros. Pero sabiendo que antes de dedicarse a escribir y dibujar cómics trabajaba como odontólogo, entonces sabremos que no es tan descabellado. Nacido en 1963, Ito lleva ya casi veinte años publicando sus obras, varias de las cuales se han adaptado a la pantalla grande (aunque ninguna ha salido de Japón). Sus cómics nos muestran a personajes comunes y corrientes, muchas veces estudiantes de secundaria, cuyas vidas tienen un terrible giro por circunstancias extrañas y ajenas a la razón. Mujeres fatales que vuelven a la vida tras ser asesinadas, peces con patas o incluso una inocente espiral son excusas suficiente para Ito para romper drásticamente y para siempre la cotidianidad de sus personajes.



Para hablar de algunas de sus obras más famosas, podemos empezar por Tomie, el primero de sus cómics públicados. Nos cuenta la historia de Tomie, una joven que enamora perdidamente a los hombres que la rodean debido a su belleza, y esta atracción siempre termina en un desenlace fatal: la muerte violenta de Tomie a manos de su amante. Sin embargo, y sin importar como sea asesinada, Tomie vuelve una y otra vez a la vida, surgiendo de una cabeza decapitada, de un mechón de cabello o incluso de un hígado trasplantado. Junji Ito empieza a construir lo que es su estilo particular, con un dibujo realista y detallado, a veces sucio y descuidado (no por eso menos bueno) que daba al cómic una atmósfera particular. Con el tiempo, el dibujo se volvió mucho más limpio y detallado, y a pesar de que todos sus personajes se parecen (sobretodo los femeninos) nada opaca al excelente y admirable dibujante que es.

La historia más famosa de Ito hasta hoy y que más difusión ha tenido es la de Uzumaki. Indudablemente una de sus obras más rebuscadas, cuenta la historia de Kirie, una colegiala, que vive en un pueblo maldito por las espirales. Ya sean caracoles, resortes o rizos de cabello, cualquier cosa que tenga forma o que sea capaz de producir una espiral es usada por el autor para desatar el terror entre los habitantes del pueblo. A veces de una forma ingeniosa e intrigante, y otras, por desgracia, en extremos que rayan lo ridículo. Al igual que con Tomie, de la que se han hecho media docena de películas, existe una película de Uzumaki, que es en verdad bastante interesante y divertida, aunque por eso no menos mala.

Uno de los últimos cómics publicados de Junji Ito es Hellstar Lemina, que evocando las películas de terror de los cincuenta nos muestra la destrucción de la tierra a manos (seria mejor decir "lenguetazos") de un planeta viviente que devora cuanto mundo encuentre en su camino. Aquí el autor muestra toda su grandeza como dibujante, deleitandonos con imágenes en las que se combinan lo fascinante con lo aterrador, marca de todas sus obras. Aún cuando no se disfrute mucho del cómic (menos del cómic en pantalla, tristemente la única forma que hay de ver casi todo su trabajo) vale la pena dar una oportunidad a la obra de Junji Ito, que a pesar de que no nos haga gritar o saltar de la silla es capaz de inquietar por un buen rato, y dejar imágenes en nuestra memoria que dificilmente se borrarán.



Aquí se puede descargar una de sus mejores historias cortas, aunque en inglés (gracias a Diego por el link). Si alguien quiere otros cómics en español, se puede dar una vuelta por Taringa, donde hay bastante.

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