29 de diciembre de 2009

Algo de magia, algo de sueño...

No hace mucho se estreno "La Princesa y el Sapo", la última película de animación realizada por los archiconocidos estudios Disney. Con ese precedente, es difícil que un título como "La Princesa Arete" pueda llamarnos mucho la atención, sobretodo cuando es el de una película animada que nunca hemos escuchado antes. Sin embargo, sabiendo que es producida por el estudio japones 4ºC (creadores de Tekkon Kinkreet y Mindgame, entre otras grandes producciones) puede que le demos una oportunidad. Y ¡Oh, sorpresa! En lugar de encontrarnos con una película para niñas, cursi e infantil, nos encontramos con una de las mejores y más hermosas películas que ha dado el país nipon.

Dirigida por Sunao Katabuchi (director de la serie animada "Black Lagoon" y asistente de dirección de "Kiki Delivery Service", entre otras) "Princess Arete" (2001) nos cuenta la historia de la pequeña Arete, una princesa confinada en su cuarto, en lo alto de una torre del castillo, donde el mundo exterior no pueda corromper su pureza. Pero antes que esperar pacientemente a un principe azul que llegue a salvarla, Arete mira con curiosidad el mundo que la rodea, devorando libros y dandose pequeñas escapadas, buscando satisfacer su único deseo de conocer el mundo por su propia experiencia.

Sin embargo, el rey no puede permitir esto, pues la princesa se ha vuelto una pieza clave en la economía de su reino; el rey ha prometido la mano de su hija al caballero que traiga al reino el objeto mágico más impresionante, objetos que despues serán bendidos a precios exhorbitantes al mejor postor. Es entonces cuando hace su aparición el mago Boax, quien proclamando que la princesa es presa de una maldición la transforma en una mujer hermosa y sumisa, que no es dueña de su voluntad, y tras casarse con ella la lleva a su castillo en ruinas donde la encierra en el calabozo. Pero no habrá caballeros que vayan a salvar a la princesa; será ella quien deba encntrarse a sí misma para poder escapar, y derrotar por sus propios medios al malvado mago, quien a fin de cuentas no es ni mago ni malvado.

Tecnicamente, "La Princesa Arete" es impecable, con una animación sencilla pero muy cuidada, con una meláncolica paleta de colores apagados y con fondos que parecen cuadros al oleo. La música es sutilmente hermosa, combinandose perfectamente con las imágenes y con una narrativa, que a pesar de lenta, nos va sumerguiendo lenta pero inevitablemente en la historia. Un "feeling" del que podemos encontrar reminiscencias en "ICO" y "Shadow of The Colossus", dos increibles videojuegos de los que hablare próximamente.

Es bueno recordar al mundo que hay animación más alla de Disney y de sus huecas historias (salvando a Pixar, aunque eso NO es Disney). Y aunque no se tenga la oportunidad de verla en la pantalla grande, como Dios manda, simpre esta la no tan divina intervención de los torrents aquí encontrar el de la película).

11 de diciembre de 2009

Arrastrandose hasta el cielo

Ya me ha sucedido varias veces que al empezar a ver una película esta me parece lenta y aburrida, pero luego, al verla completa, termina gustandome mucho. Esto fue lo que me sucedió con Sky Crawlers, la última película animada del director Mamoru Oshii (reconocido en el mundo por su obra maestra, Ghost in the Shell). Lanzada a finales del año pasado, Sky Crawlers habla de una extraña guerra, ambientada en una actualidad con reminiscencias de la segunda guerra mundial, donde los únicos pilotos son los Kildren, niños que nunca envejecen.

Mamoru Oshii nacio en Agosto de 1951. Interesado desde siempre en el cine, comenzó a trabajar en animación desde 1976, diriguiendo su primera serie en 1981. En 1985 dirigío y escribio su primer filme, Tenshi no tamago (El huevo del angel), en el que se ve el gran interes del director por el aspecto visual y profundidad filosófica con la que impregna sus películas. Otros trabajos reconocidos han sido Patlabor the movie (1988), Ghost en the Shell (1995) y Ghost in the Shell 2: Innocence (2003), entre otros trabajos que abarcan la animación y la imagen real.

Las películas de Oshii son bastante "raras", sobretodo para quien esté acostumbrado al cine occidental, y esto es más que notorio en Sky Crawlers. No solo es una película con un ritmo bastante pausado, sino que se nos introduce en un conflicto del que solo nos enteramos a cuentagotas a través de la película, donde los personajes son frios y distantes, casi como robots. Sin embargo, son cosas que encajan perfectamente con el filme, una vez lo hemos visto, y al menos en mi caso, habrá que verlo una vez más para lograr atar cabos. Así nos enteramos de la peculiar visión de la guerra que nos muestra la película, como un inevitable ciclo sin comienzo ni final, donde no importan las causas del conflicto sino solo las cifras de los caidos en combate. Una guerra convertida en un juego corporativo, donde no hay bandos sino "equipos", y donde solo los niños pueden jugar.

Sin embargo no todo son flores para la película. Oshii tiene un problema que comparte con varios directores de animación japonesa, y es que cuando ponen 3d en sus películas, este tiene que notarse lo más posible. Y aunque las escenas de combates aéreos son espectaculares, chillan demasiado en comparación con los dibujos de los personajes, que además de tener un diseño no muy bueno (aunque efectivo), en momentos parecen pegatinas sobre los fondos cargados de detalles. Eso si, la animación 2d es excelente, una vez nos hallamos acostumbrado a los diseños. El diseño mecánico es inmejorable, una delicia para quienes disfrutamos de ver tantos aviones en una película.

Sky Crawlers es una película extraña, lenta y con sus "peculiaridades" visuales. Pero también es una obra profunda, llena de momentos emotivos y emocionantes y que nos dejara pensando un buen rato. Bien vale la pena darle una oportunidad.